Conspiración de Infante

También conocida como Conspiración de Román de la Luz. De orientación independentista republicana, fue liderada por el acaudalado hacendado habanero Román de la Luz Sánchez Silveyra (tío de José de la Luz y Caballero), el capitán de milicias de caballería Luis Francisco Bassave Cárdenas y el abogado bayamés José Joaquín Infante, todos criollos masones de familias pudientes, con el objetivo de lograr la independencia de Cuba y fundar una república.

Conspiración de Infante o Conspiración Román de la Luz
Fecha 7 de octubre de 1810
Lugar La Habana, Cuba
Descripción Conspiración independentista republicana con el objetivo de lograr la independencia de Cuba y fundar una república
Ejecutores o responsables del hecho Criollos masones de familias pudientes

Propósitos

Radicada en La Habana, se proponía desatar la revolución mediante el levantamiento armado del batallón de Milicias Disciplinadas de Pardos y Morenos Libres de la capital, el 7 de octubre de 1810, lo que sería secundado por numerosos grupos de trabajadores de los barrios de Jesús María, Carraguao, Belén, Barracones y el Horcón.

 

Organización

Bassave se encargó del reclutamiento de los milicianos e Infante de la redacción de la plataforma política del movimiento, mediante manifiestos, proclamas y un proyecto de constitución. Las autoridades coloniales sospechaban de los tres criollos desde octubre de 1809, pero la conspiración no fue delatada sino hasta poco antes de la fecha prevista para el pronunciamiento.

 

Arresto de los dirigentes

El 5 de noviembre de 1810 sus principales dirigentes fueron arrestados, enjuiciados y condenados; Bassave, La Luz y otros, a prisión y destierro. Infante escapó y dos años después publicó en Venezuela su Proyecto de Constitución para la isla de Cuba y diseñó una bandera.

 

El delator

En mayo de 1812, desde su prisión en España, La Luz alegó en su descargo ante las Cortes extraordinarias haber sido el delator de la conspiración. Poco después él y Bassave fueron beneficiados por el indulto general concedido con motivo de la instalación de las Cortes generales, pero La Luz murió en la península abandonado, menesteroso y nostálgico.