El sentido de atesorar horrores

El sentido de atesorar horrores

Mi amor, como tu estás, como están los niños,
me pediste 15 días para pensar y ya han pasado un bulto.
Me preocupan tú y los chamas, acaba de decidirte,
tu tony
*

“El sentido de atesorar horrores” hubiese sido quizás el mejor tema curatorial de la 13ª Bienal de La Habana, realizada en 2019. Pues mientras se celebraba el evento cultural más importante de la isla en medio del ambiente opresivo del Decreto 349; lxs consideradxs por el gobierno cubano como “no artistas” o “intrusxs” fueron arrestadxs arbitrariamente, interrogadxs y amenazadxs, como fue el caso de Luis Manuel Otero Alcántara —antes y después de realizar la obra Se USA, Homenaje a Daniel Llorente—, Amaury Pacheco y Michel Matos. Bajo idéntica lógica, se condenó a un año y seis meses de cárcel al rapero Maykel Obsorbo y el músico Pupito Ensy continuó detenido en la prisión de Valle Grande aún sin fecha de enjuiciamiento. Así mismo, se le impidió la entrada a Cuba a la curadora y artista Coco Fusco, y se expulsó del país a lxs creadores mexicanxs Jesús Benítez y Ximena Luna por presentar Impulso, una exposición bipersonal en el Museo de la Disidencia en Cuba. La muestra aunque en su contenido no representaba una crítica al gobierno cubano, sino que cuestionaba los niveles de recepción del público frente a una obra de arte, fue agredida por el simple hecho de realizarse en un espacio independiente marcado por el estigma de ser contrarrevolucionario.

Sin embargo, un proyecto que sí estuvo coherente con el contexto político y cultural que vivía La Habana en Bienal, fue el de Amaury Pacheco e Iris Ruiz, titulado de esa manera “El sentido de atesorar horrores”. Celebrado en el proyecto independiente El Bloque del Este, ubicado en Alamar, buscaba satirizar las acciones denigrantes que la policía política realiza contra todx aquel que le incomode, y revertir su connotación negativa. Pacheco realizó dicha reversión a partir de gestos metafóricos, como el análisis grafológico de la nota hallada en su casa, firmada por un supuesto amante de su esposa (y que sirve de exergo a este texto); la compilación de audios de “actos de repudio” de los ochentas hasta la actualidad, puestos a disposición del público a manera de instalación sonora; y el retrato de su familia con quienes posa delante de la pintada El tarrú de Amaury con un gesto totalmente desprejuiciado, si consideramos el machismo dominante de la isla”.

Días después de la realización de la muestra personal, Amaury Pacheco publicó en su perfil de Facebook

…La libertad es una, aún en los campos militarizados…
El pasado domingo, en la tarde fue inaugurada la exposición: El sentido de atesorar horrores, en la galería taller Bloque del Este, en Alamar. La Inauguración estuvo intervenida por la lluvia, que retrasó la llegada de las y los invitados pero que no impidió que se realizara. Contamos con la presencia no solo de artistas, periodistas, poetas sino que, al ser hecho en el corazón del barrio, pudieron acercarse vecinas y vecinos al evento. Curiosos por el misterio de La Caja y fascinados con el análisis de Escarnio Público interactuaron con las piezas y estas se llenaron de vida tomando un sentido notorio de conciencia y de placer a la vez. Muchos manifestaron haber sentido el engaño de tantos años y la responsabilidad de no permitirlo más, otros reflexionaban sobre la obra y la postura de muchos artistas cubanos frente a las leyes y otros comentaban acerca de la valentia que implica asumir estas agresiones y convertirlas en algo positivo para compartir con el barrio. Terminamos en fiesta, con alegría y una sensación de libertad que ni la vigilancia de los carros de patrulla policial apostados en los alrededores de la manzana, ni el mismísimo Tony pudieron acallar. Como dijimos en las palabras inaugurales de la voz de JKF: existiendo y cantando, dándole muerte al miedo.

* Nota hallada por la actriz y activista Iris Ruiz, y su esposo, el artista Amaury Pacheco, en la residencia de ambos en el Reparto de Alamar, cuando regresaron de un viaje por Argentina, Chile y México, donde denunciaron junto a otrxs artistas los perjuicios del decreto 349. Junto a la nota, se encontraron también un grafiti en la pared exterior de su casa donde se leía “El tarrú de Amaury”. Ambos gestos son acciones que la Seguridad del Estado realiza constantemente en detrimento de opositores, activistas y artistas contestatarios.

* Este texto toma fragmentos de un artículo mayor publicado en la revista Terremoto titulado XIII Bienal de La Habana.