El 10 de mayo de 2019 tendría lugar en la sede del Museo de la Disidencia en Cuba la exposición IMPULSO de lxs artistas mexicanxs Ximena Luna Gaona y Jesús Benítez, como parte de los eventos independientes que en el marco de la XIII Bienal de La Habana se estaban celebrando en la isla.
Según su curadora, la historiadora de arte cubana, Claudia Genlui, “la muestra pretendía cuestionar las formas académicas de entender el arte y subvertir el modo convencional de apreciar las piezas en los espacios expositivos. Utilizando el dibujo y el grabado como soporte, los artistas se apropian de motivos comunes de La Habana para crear un discurso cargado de símbolos”. Sin embargo, el mismo día de la inauguración lxs artistas fueron impedidxs de asistir a su propio evento, por arbitraria decisión del gobierno cubano.
A continuación les compartimos el testimonio que el artista Jesús Benítez colocó en su perfil de Facebook.
“El día de hoy viernes 10 de mayo, a pocas horas de nuestra exposición en La Habana Vieja, NOS SECUESTRO EL ESTADO CUBANO, sin un argumento tangible, ni explicación alguna, violentado en todo momento nuestros derechos, y sembrando un terror psicológico brutal, FUIMOS TRATADOS COMO LOS PEORES DELINCUENTES
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Desde las 10:30 am y por aproximadamente 6 horas nos privaron de comunicarnos con nuestro Cónsul, algún familiar o amigo. Nos dijeron: “no van a exponer y no se los estoy pidiendo de favor”. Conforme pasaba el tiempo el trato era mas indigno e irrespetuoso, aunque siempre nos mostramos accesibles y nos dirigíamos con respeto. No pudimos comer en todo ese tiempo y estábamos encerrados en un cuartito poco ventilado, nos dejaron solos ahí durante mucho rato, estábamos cansados y sin saber que iba a pasar, aunque pedíamos mayor información solo nos ignoraban o postergaban la razón por la cual nos habían citado o retenían en ese lugar. Era muy estresante, nos plantaron terror psicológico, nos trataban como delincuentes.
De pronto entró un oficial y nos dijo sin más que nos iban a deportar, que la muchacha (Omito su nombre por petición suya) iría por el equipaje en la patrulla y que yo me quedaba ahí con ellos a esperar sin siquiera poder ir al baño. Sentimos enojo, tristeza e impotencia.
Ya juntos de nuevo con el equipaje, nos prohibieron siquiera mirar el celular, cuando yo lo hice recibí un regaño potente de varios militares que estaban ahí. Parecía que todos nuestros derechos se habían suprimido. De ahí nos llevaron en la patrulla al aeropuerto, fue desesperante, subieron la música a todo volumen, iban bromeando y cantando, nos les importaba para nada incomodarnos, molestarnos con sus burlas, todo aquello parecía que les causaba gracia.
Al llegar al aeropuerto nos custodiaron hasta el acceso para revisión de maletas, dieron indicación a otros guardias y se iban pasando nuestros documentos, nunca nos dejaron hacer nada por nuestra cuenta, ni comprar una tarjeta para internet ni comprar algún alimento, solo nos decían “primero vamos acá”. Nunca pudimos hacer nada, todos eran groseros.
Luego nos llevaron con otros guardias, nadie nos decía nada, nos dejaron de nuevo sentados solos, a esperar y esperar… Si pedíamos información nos decían, “cuando llegue el guardia”. Después de mucho rato llegó un nuevo guardia que nos llevó hasta la puerta del avión llevando en mano nuestros documentos, solo ahí nos dejaron solos. Ya no había oportunidad de comunicarnos ni de comer, solo nos quedó esperar a llegar a nuestro país, sin ganas de volver a Cuba por el maltrato ejercido por la dictadura Cubana”.
Jesús Benítez.
Nació en Real del Monte, Hidalgo, México en 1987. Donde reside y trabaja actualmente. Es artista visual. Estudio Artes Visuales en el Instituto de Artes de la UAEH, Hidalgo, México. Además, cuenta con estudios de Crítica de Arte realizados en el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC) Ciudad de México. Su obra ha sido expuesta individual y colectivamente en Museos y galerías de México, Brasil, Inglaterra, Panamá y Cuba.
La obra de Benítez es resultado de un estudio del dibujo, sus diferentes implicaciones formales y conceptuales, la puesta en crisis de sus nociones más convencionales y sobre todo de las posibles conexiones a otras disciplinas artísticas. A través de un trabajo que cuestiona la subjetividad de ser artista, Benítez explora nociones tales como el desapego, lo efímero, el cuerpo, el desecho, los detalles y el gesto mínimo.