Mangos de Baraguá, sitio histórico declarado Monumento Nacional en el que se celebró la entrevista entre Antonio Maceo y Martínez Campos el 15 de marzo de 1878, donde Maceo rechazó el plan de capitulación que ofrecía España, hecho conocido como la Protesta de Baraguá. También en este punto se integró la Columna Invasora de Gómez y Maceo que partió hacia Occidente para extender la Guerra del 95.
Contenido
1 Historia
1.1 La Protesta de Baraguá
1.2 La Invasión a Occidente
1.3 El Juramento de Baraguá
2 Protección del sitio y construcción del Obelisco
3 Véase también
4 Fuentes
Historia
En este ubicado la actual provincia de Santiago de Cuba, ocurrieron acontecimientos importantes de las guerras de independencia de Cuba. Bajo la sombra de los mangos, los cubanos condenaron el Pacto del Zanjón y expresaron sus deseos de continuar la guerra hasta lograr la independencia, dieron inicio a la campaña invasora del 95 y a su sombra también, en tiempos más recientes se proclamó el Juramento de Baraguá.
La Protesta de Baraguá
El 8 de febrero de 1878, el Gobierno de la República de Cuba en Armas y las Autoridades Españolas habían llegado a un acuerdo de paz, El Pacto del Zanjón, pero el Lugarteniente General Antonio Maceo y los mambises que no estaban de acuerdo, hicieron una breve Constitución para proseguir la guerra emancipadora.
El 15 de marzo de 1878, Antonio Maceo y un pequeño grupo de jefes y oficiales, se reunió en los Mangos de Baraguá con el general en jefe del ejército español Arsenio Martínez Campos. Se encontraron el representante del poder secular de la metrópoli y el gran representante de la dignidad cubana en rebeldía, teniendo el cielo como techo y la hamaca de campaña por asiento.
El “No nos entendemos” pronunciado por el mayor general Antonio Maceo ese día, en representación de los mil 500 hombres que lo seguían, concertó con el enemigo la continuación de la lucha, único acuerdo posible ante el Pacto del Zanjón.
Tras su corta conferencia se separaron y siguieron siendo adversarios. No hubo acuerdo entre ellos; Martínez Campos terminó manifestando que dentro de ocho días se romperían las hostilidades y Maceo contestó que por su parte fuese cuando quisiera manifestando así su oposición tajante a aquella paz sin libertad.
Al acto de continuar la guerra por parte de Maceo se llamó la Protesta de Baraguá.
La Invasión a Occidente
Los Mangos de Baraguá eran ya, desde la Guerra de los Diez Años un campamento mambí reconocido y de obligado paso de las tropas insurrectas que se dirigían desde Bayamo a Holguín y viceversa.
Desde el 20 de octubre de 1895 se concentraron en los históricos mangos, todas las tropas orientales que harian la invasión a occidente (excepto las de Holguín), los acompañaba el Gobierno en pleno de la República en Armas, con su presidente Salvador Cisneros Betancourt.
Se daba inicio así a la Invasión de Oriente a Occidente, que el día 22 de octubre de 1895 salió de los Mangos de Baraguá y el 23 de enero de1896 llegó a Mantua, Pinar del Río.
Al partir la columna invasora desde este ya histórico lugar, dejaba así Antonio Maceo aquel lugar que nunca volvería a ver. Según apuntes del Comandante Llorenis, unos momentos antes de partir Maceo, conversando con el prefecto de Canastas Néstor Acosta y su hermano el alférez Salvador Acosta les dijo:
“Ustedes que viven por aquí cuiden estos palos a ver si tengo la surte de verlos cuando regrese de occidente.”
Al terminar la guerra en 1898 sigue contando Llorenis que él, en compañía de los hermanos José y Gregorio Reytor, llevaron a los históricos mangos a Antonio Colás Vaillant dueño de esas tierras el cual desconocía que en ese lugar había sucedido la entrevista y la partida de la invasión, Colás inmediatamente mandó a cercar aquel lugar con postes de madera recia y alambres púas para conservarlos.
El Juramento de Baraguá
A 122 años de la Protesta de Baraguá, el 19 de febrero del año 2000, en el histórico sitio se protagonizó un nuevo hecho histórico, el pueblo proclamó allí “El Juramento de Baraguá” donde miles de cubanos, en representación de toda Cuba y reunidos en tribuna abierta juraron defender nuestra dignidad e independencia al precio que fuera necesario, inspirados en el espíritu de lucha de Antonio Maceo. Comenzó así una nueva etapa de la lucha: La Batalla de Ideas.
Protección del sitio y construcción del Obelisco
En 1902 una comisión formada por el coronel del Ejército Libertador Federico Pérez Carbo, el Dr. Pedro Echavarría Sánchez, Carlos Duboy, y el gobernador interino de Santiago de Cuba Manuel Yero Sagol, visitaron un lugar y ordenaron poner pasquines prohibiendo maltratar o desmejorar aquellos árboles. Los pasquines fueron hechos en un taller de carpintería en Quemadito por el soldado de la escolta de Maceo,Mateo Romero y por Teófilo Pérez Ramos.
Estos pasquines fueron transportados por Fulgencio Puig Áreas de Palma Soriano con el carretero Antonio Cuza, los gastos fueron asumidos por el Sr. Colás quien mantuvo cuidado del lugar y encargo los mismos a sus sucesores Andrés Duany y Mariano Quintana, último propietario de estos terrenos, quien los donó para la construcción allí del obelisco.
El coronel José González Valdés dijo al respecto:
“Actualmente estoy en los preparativos para levantar allí un monumento que haga perdurable el recuerdo de ese histórico lugar, donde el General Antonio Maceo Grajales protestó al Pacto del Zanjón y, punto de partida de la gloriosa Invasión a Occidente.”
El mismo coronel José González Valdés dio fe de la ubicación exacta del lugar donde habían ocurrido los hechos y con la ayuda del arquitecto santiaguero Félix Cabaroca se construyó el Obelisco, entre 1928 y 1930, siendo inaugurado el 15 de marzo de 1930.