En 2016 la institución oficial cubana para la que trabajaba, la revista Revolución y Cultura, me tildó de “exhibicionista” y me expulsó del centro.
Esta acusación la hacía el subdirector de la revista, escritor y colega hasta ese momento, y ocurrió en medio de un juicio laboral, en el tribunal Municipal de La Habana Vieja.
Sobre la difamación, la escritora cubana Martica Minipunto recientemente ha compartido que “es una de las estratagemas de la procacidad operante en los medios de difusión masiva y las redes sociales; una política de la enemistad”.
Por otro lado, el historiador exiliado Enrique del Rico en una ponencia del 2019 ha comentado y cito, que “la Historia como tal no está compuesta de hechos sino de palabras. Compuesta por un lenguaje que refleja otra guerra, la guerra de insultos, invectivas, descalificaciones que precede y acompaña a las acciones físicas. Una guerra en la que no ganan necesariamente la inteligencia y la racionalidad sino la repetición y el volumen”. Fin de la cita.