Never have i ever, o un teatro (im)provable
Una de las piezas más llamativas que integra la Selección Oficial del Festival de Cine de La Habana es la película cubana El proyecto (Alejandro Alonso, 2017), obra de cine-ensayo…
Aunque las fronteras físicas y políticas sean los raseros comunes para determinar el status diaspórico de un sujeto o su obra creativa, el audiovisual cubano contemporáneo —producido en la isla por quienes residen en ella—, ha estado signado por una suerte de destierro general respecto a las principales plataformas institucionalizadas de producción, distribución y exhibición. No faltan zonas de tolerancia y discreto diálogo como la Muestra Joven, el Almacén de la Imagen, el Festival de La Habana, el Festival Imago del ISA y otros espacios de naturaleza eventual, pero sus proyecciones resultan, a la larga, circunstanciales y excepcionales.
La ausencia de registros audiovisuales históricos, determinó la casi completa invisibilización de genocidios como el acaecido en la Cambodia del caudillo Pol Pot —quien rebautizó al país como Kampuchea Democrática— y sus jemeres rojos entre 1975 y 1979. Esto no detuvo al realizador camboyano Rithy Pan, más bien lo estimuló a evocar y problematizar estas épocas en documentales como S-21: La máquina de matar de los jemeres rojos (2003) y La imagen ausente (2013), donde el imago perdido es reconstruido a fuerza de recuerdos personales y recreaciones.